1. Colocá el papel en horizontal y utilizá una regla para marcar cuatro partes iguales. Repetí este proceso con las otras dos láminas de papel.
2. Una vez que tengas las partes iguales, elegí uno de los colores y cortá el papel en 17 rectángulos pequeños. Tomá otra lámina de papel y cortala en 27 cuadrados. Por último, tomá la tercera lámina de papel y cortala en 18 cuadrados ligeramente más pequeños que los otros.
3. Enrollá cada uno de los rectángulos de papel en forma de cono. Pegalos con el pegamento para que no se despeguen. Repetí este proceso con cada uno de los otros cuadrados de papel.
4. Tomá otra lámina de papel y recortá 2 círculos lo suficientemente grandes como para que puedas pegar sobre ellos los conos rectangulares. Tratá de que los conos cuelguen ligeramente del borde.
5. Utilizá la pistola de pegamento para pegar los conos rectangulares sobre uno de los círculos. Colocalos uno al lado del otro hasta que no quede espacio. Luego, encima de éstos, empezá a colocar los conos hechos con los cuadrados más grandes hasta que no quepan más. Después, colocá los cuadrados más pequeños encima hasta obtener la forma de una flor. Si es necesario, podés recortar los extremos más finos de los conos para que encajen.
6. Tomá uno de los palitos de madera y pegalo en la parte posterior de la flor, luego cubrilo con el otro círculo que recortaste antes.
7. Ahora mezclá tus frutos secos y frutas deshidratadas favoritos.
8. Llená la maceta hasta arriba con tu mezcla de frutos secos y frutas deshidratadas.
9. Colocá la flor en la maceta y regalasela a tu persona favorita (¡o quedátela para vos!).